DE FRAUDES Y PICARESCAS EN EL MUNDO DEL CORREO
Por José Ivars Ivars
Divulgador e
Investigador Filatélico
Sobre este tema se podría escribir una enciclopedia, si
bien la picaresca nunca tiene límite a la hora de hacer de las suyas. Y si se
hace sobre algo que pueda dar sustanciosos beneficios con más empeños lo harán.
Lo que nos puede sorprender es que sobre los sellos de Correos, la gente
dedicase tiempo y esfuerzo, además de maña y gracia, para realizar “fraudes”, “engaños”,
ó simplemente falsificaciones, no hacía el filatelista que las hubo pero sería
otro capítulo, sino hacía el organismo estatal Correos para con ello defraudar
unas “perrillas”.
Sabemos porque los expertos han hablado de ello, que en
España a los pocos años de aparecer el primer sello (1), unos individuos muy hábiles se permitieron el lujo de realizar
la primera falsificación de un sello del mundo (2), por lo tanto el Correo no estuvo exento de esta prácticas
fuera de la ley.
Ojeando (ó más bien releyendo la prensa de antaño)
algunas hojas de periódicos de finales del Siglo XIX y principios del XX,
comprobamos que lo de pretender defraudar a la hacienda pública con los sellos no
tenía límite. Así leemos en EL CORREO
ESPAÑOL de fecha 25 de mayo de 1895, una pequeña crónica titulada “Un Fraude en Correos”, donde el
periodista detalla lo acontecido en la ciudad gaditana de Arcos de la Frontera donde al parecer el Administrador de la
Oficina de Correos junto a unos de sus carteros y un celador ó ayudante (3) organizaron y llevaron a la
practica un fraude con los sellos que consistía en que, a las cartas que recibían,
se les despegaban los sellos para volverlos a utilizar y en su lugar se le
pegaban sellos ya usados a los que para disimular el matasellos que llevasen se
les estampaba nuevamente para disimular un poco.
Pero la cosa no se quedaba ahí dado que había un 4º
implicado que era el estanquero de la localidad, D. Juan Bachiller (lo de
bachiller debió ser por esa inteligencia a lo ajeno que tenía), quien se
encargaba de poner los sellos a la venta nuevamente. Hasta el Alcalde de la
época de la población de Arcos de la Frontera estuvo metido en el meollo del
asunto (siempre citando la fuente motivo de este artículo), aunque como apunta
el periodista, de la efectividad de la Guardia Civil y de la Justicia solo se
libró el Sr. Prieto (Alcalde de la población).
Al parecer esta práctica de que en las oficinas de
Correos las cartas se quedasen sin sellos y sustituidos por otros no era una
cosa aislada, puesto que en este mimo rotativo pero unos años después, el 5 de
septiembre de 1901, se publica una Circular del Director General de Correos y
Telégrafos, remitida a las Administradores Principales de las Oficinas de
Correos (de toda España se entiende), en el que hace constar las continuas
quejas que se recibían por el hecho de que quienes recibían la correspondencia,
está llegase sin sellos, recordando el Director General de Correos que estos
sellos sobre las cartas tiene una “utilidad” para los filatelistas, entre otros
fines.
Es tanta la importancia de lo que motiva esta circular
que se les recuerda (A los Administradores) lo siguiente:
- Respetar en absoluto los signos de franqueo, que aun inutilizados en las oficinas, puedan seguir teniendo un valor en venta.
- Que la propiedad de la correspondencia es del remitente hasta su entrega.
Destaco la reflexión que aparece en la Circular en la que
el Director General de Correos dice textualmente: “…con ánimo de cortar de raíz
todo abuso, estúdiese esta Dirección si es lícito ó no en los empleados de
Correos dedicarse a formar colecciones de sellos…” . El asunto tenía al
parecer tonos de gravedad con fines de castigar a quienes realizasen esa
práctica ó como bien hemos leído se dedicasen al grandioso arte de la
Filatelia. En definitiva que al Director General no le colaba aquello de que “nos
quedamos con los sellos porque somos coleccionistas”. De hecho ya la Ley del
Timbre vigente en 1901, hacía hincapié en el tipo de tinta a utilizar (4) para evitar la reutilización de los
sellos postales, práctica que dio lugar a los conocidos sellos lavados y
reutilizados.
Sustanciosos beneficios ó no, estos fraudes ya forman
parte de la historia del Correo en España, y gracias a Dios hoy en día ser
Cartero y Filatelista es viable.
Notas:
1.
El Primer Sello en España aparece el 1 de enero de 1850, y la primera
falsificación de este sello se detecta en abril del mismo año en Alicante.
2.
Artículo publicado en la Revista El Eco Filatélico y Numismático. Enero de
2019. Firmado por Jesús Sitja.
3.
Según el Correo Español, el Administrador de la Oficina de Correos era D. Manuel
Rodríguez Morales, el cartero D. Manuel López Cebada y el celador (ayudante) D.
Manuel González.
4.
Según la propia Ley del Timbre, la tinta a utilizar ha de ser TIPOGRÁFICA.
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