24 febrero 2023

Lo que la Prensa nos contó... ARDIENTE PASIÓN ES LA FILATELIA

 

Lo que la prensa nos contó… (XV)

QUE MALO ES “OBSESIONARSE” POR ALGO

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

En todas partes cuecen habas, o como bien dijo el gran Miguel de Cervantes “…en todas casa cuecen habas, y en la mía a calderadas…”. A veces hay episodios que nos dará igual donde hayan tenido lugar, porque nos van a parecer incluso familiares. En esta ocasión nos trasladamos a la Polonia de finales del Siglo XIX, concretamente a la ciudad de Breslau, y el periódico que nos cuenta lo acontecido es el Bien Público de 27 de enero de 1888, periódico que se editaba en la ciudad balear de Mahón.

Lo que nos cuenta la noticia, el periodista lo resume con un titular muy adecuado: Consecuencias de una pasión. Y no hace falta que nos diga a que pasión se refiere el periódico. ¿Lo habéis adivinado? Efectivamente, el coleccionismo de sellos o pasión también conocida como FILATELIA.

En todo en esta vida, hay gente que no es de actos correctos, de los que siempre intentarán faltar al buen hacer y a la correcta compostura. En este caso, el protagonista (o al menos uno de ellos) de esta historia de hoy, es un profesor de la Universidad de la ciudad polaca citada, y que el periódico dice que tiene una “…pasión dominante: es ardiente coleccionador de sellos…”. El calificativo de ardiente bien podría situarse en un entorno más sensual o sexual, pero al parecer lo que sentía este profesor por los sellos, cruzaba todo los límites conocidos.

La historia en sí no es muy interesante, aunque si debió serlo al menos curiosa para la prensa de la época. El tal profesor universitario supo de una colección que un comerciante de muebles tenía a la venta, y acudiendo a la cita para observarla en vista a una posible adquisición parcial o total de los sellos ofrecidos, resultó que a la vista del comerciante de muebles, “escamoteo” con descaro unos sellos. Ante la situación y en vista del descaro que el profesor había mostrado, este le instó a devolverlos o avisaría a las autoridades competentes.

Con el mismo descaro que los había sustraído delante del propietario de los sellos, devolvió otros que no eran los escamoteados, a lo cual la situación empeoró, y para suavizar la tensión creada, se ofreció a pagar una cantidad, cantidad que con el tiempo no llegó, y todo terminó en los tribunales, como era de esperar.

El tema de robo o engaños en torno a los sellos y su coleccionismo, es un tema muy recurrente que dio pie a mucha prensa de la época, e incluso daría pie para estar extensamente hablando de ello, y no solo sucedió entre coleccionistas, sino que en ocasiones los sellos eran arrancados de la correspondencia, bien para reutilizarlos nuevamente o bien para su venta a los filatelistas.

Y todo esto sucedía porque aunque no queramos, la Filatelia es y será una ardiente pasión que a veces nos descontrola.

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