07 febrero 2023

Lo que la Prensa nos contó... EL LAVADO DE SELLOS PARA REUTILIZARLOS EN EL CORREO

 

Lo que la prensa nos contó… (IX)

SELLOS LAVADOS…FRAUDE A LA VISTA

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

Vamos a ser sinceros. ¿Cuántas veces habéis reutilizado un sello porque este cuando cayó en vuestras manos os disteis cuenta que, o no estaba matasellado o apenas se notaba que sobre él se había estampado el matasellos? El que haya contestado que ninguna, seguramente no nos está siendo muy sincero. Desde que se inventase el sello postal como elemento para el previo pago de la correspondencia, el reutilizar sellos ha sido una práctica habitual, práctica que se fue convirtiendo en fraude y posteriormente incluso en delito, y llevo de cabeza a las haciendas de muchos países.

El ser humano tiene innato muchas cosas que lleva a la práctica asiduamente, y entre todas ellas la picaresca siempre que se puede. A veces el ingenio para delinquir es tan grande que sorprende incluso a la prensa. En esta ocasión el rotativo El Ancora, periódico que se editaba en Palma de Mallorca, en su edición del lunes 12 de octubre de 1896 (pág. 1), lleva como noticia un hecho descubierto por las autoridades postales estadounidenses, en Nueva York.

Entre finales del Siglo XIX y principios del XX, fueron muchos los emigrantes que cruzaron el gran charco en busca de fortuna en tierras americanas, y entre ellos los italianos, protagonistas de la noticia. Al parecer la correspondencia que se generaba entre las familias, los unos en Italia y los otros ya establecidos en Nueva York (por citar la misma ciudad que cita el periódico), era importante en aquellos años, y se ideo un sistema por el cual “…una vez puesto el sello sobre la carta, se le cubría con una ligera goma…”. De esta forma lo que se conseguía era que el matasellos no impregnase el sello, y con una simple esponja, la goma aplicada al sello se podía eliminar y con ello el sello quedaba nuevo para ser usado las veces que fuese necesario.

La picaresca en esta ocasión, era recíproca. Es decir, lo hacían con los sellos americanos y con los italianos, y una vez limpios se los enviaban a sus familiares en la siguiente carta que les escribían.

Lo curioso de esta noticia, de la que no discutimos que sea cierta porque hay muchas evidencias publicadas a lo largo de los años sobre estas prácticas fraudulentas, es que aparece de nuevo publicada en esta ocasión en el periódico madrileño El Correo (11.12.1902), con un texto algo distinto pero con un hilo conductor semejante a la anterior de 1896.

En esta ocasión la prensa nos dice que los defraudadores postales fueron descubiertos, y ellos en vez de resignarse y comprar los sellos correspondientes, optaron por seguir enviados cartas de Italia a Nueva York y viceversa, pero en esta ocasión sin sellos. Tenían un acuerdo familiar convenido por el cual viendo el sobre, el familiar sabía que todos estaban bien. ¿Os suena este relato de algo? A que sí. No evolucionamos.

El periódico cita una cifra que nos da una visión de la magnitud de este proceder fraudulento ideado por los emigrantes, que dicho sea de paso en este periódico solo cita el caso italiano, pero seguramente fueron de muchas otras nacionalidades. El Correo, nos dice que “…la mayor parte de las 590.000 cartas devueltas por los Estados Unidos a Europa en el último ejercicio (1901), lo han sido por esta razón a Italia…”. Aquí tenemos la prueba. La picaresca no solo era invención italiana.

Esto de lavar los sellos, viene de lejos. En 1880, el Ministro de Comunicaciones francés, Mr. Cochery, encargó a ciertos químicos franceses de relevancia, el estudio de un proceder que había descubierto tiempo atrás por el que en el mercado aparecieron cantidades ingentes de sellos a los que se les había quitado la tinta del matasellos. Y esto lo descubrió al comprobar que numerosos estancos, lugar de venta habitual de los sellos de correos, no hacían pedidos de sellos desde hacía tiempo, pero por el contrario el número de cartas que se expedían con los correspondientes timbres iba en aumento. Una de dos, o había una fábrica clandestina de sellos, o algo estaba pasando. Y al final pudo descubrir que los sellos habían sido tratados químicamente para borrar de ellos cualquier rastro de tinta de matasellos.

De esta noticia se hizo eco el periódico alicantino La Provincia (18.05.1880), quien no se queda tranquilo puesto que afirma que “…si el delito es cierto, no creo que sea solo Francia la que tendrá que soportar las consecuencias de esta ilícita y ya considerada industria…”.

Y efectivamente, aquella industria ilícita también estaba en España. Tenemos casos documentados en Arcos de la Frontera (Cádiz) en 1895, e incluso se publicó un Real Decreto en 1854 por el cual se indicaba que “…quién se ocupase de limpiar ó expeder al público sellos de franqueo ya servidos, sea entregado a los Tribunales  para que estos los juzguen y castiguen…”. Pero eso ya será tema para otro de estos artículos en los que repasamos lo que la prensa nos contó.

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