13 abril 2020

UN SELLO DE RECORD.....UN DÍA A LA VENTA Y UN PUEBLO QUE ENLOQUECIÓ




PARAGUAY 1892
EL SELLO QUE SOLO SE PUSO A LA VENTA UN DÍA…

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
ifacfilatelicocalp@gmail.com


Esto de la filatelia no deja de ser un mundo lleno de curiosidades y momentos que hoy, quienes desconocíamos la historia, nos sorprenden los hechos. Puede que los voy a aportar hoy y aquí no sea un asunto a tener en cuenta temáticamente, pero en esta misma sección de “La Lupa” pude hace tiempo leer un interesante artículo firmado por el gran filatelista temático D.  J. A. Hernán Seijas, titulado “El sello como fuente de información”, y la que haciendo referencia a este sello nos dice que si no fuese por la sobrecarga el sello no podría usarse en una colección de tema colonbino.

El sello en cuestión es una emisión que pone en circulación el Correo de Paraguay el 12 de octubre de 1892, dedicado al 4º Centenario del Descubrimiento de América, efeméride que fue filatelizada por numerosos países de uno y otro lado del gran charco. Y este sello tiene una peculiar historia que ya en su día el filatelista D. Rodolfo Bellani en un artículo publicado en la Revista “Madrid Filatélico” (Enero 1952) titulado “Por 10 centavos se enloqueció un pueblo” (Revista de Correos y Telecomunicaciones de Buenos Aires. Julio-Agostos 1961), ya nos hablaba de ella.

La emisión se pone en circulación en base a una Resolución de la Dirección General de Correos y Telégrafos de Asunción, que contempla en 9 artículos las características de la emisión y su puesta en circulación, y decía así (1):

Al fin de conmemorar el Cuarto Centenario del Descubrimiento de América, 12 de octubre de 1892, una fecha en que todos los pueblos americanos guardaran como una fiesta y de acuerdo a la Resolución de ayer del Gobierno el Director General de Correos y Telégrafos RESUELVE:

Art. 1º. En la fecha arriba mencionada será puesta en circulación una estampilla dé tipo único
Art. 2º. La estampilla indicada está impresa en tinta azul, en papel blanco, con el busco del ex-presidente de la República D. Cándido Barreiro. Tienen sobre ellas impreso el valor de “10 centavos” y la inscripción en purpureo: “1492 – 12 de octubre – 1892”.
Art. 4º. Las personas que deseen comprar estas estampillas ya sean para sus colecciones o para el franqueo de su correspondencia, pueden hacerlo solamente en ese día en los correos, los cuales y para ese fin estarán abiertos desde las 5 a.m. hasta las 7 p.m.
Art. 6º. Las estampillas de 10 centavos serán vendidas en cualquier cantidad deseada.
Art. 7º. Estará a disposición del público una oficina a parte expresamente para la cancelación de la estampilla, con la fecha de ese día, dando así completa autenticidad a los sellos.
Art. 8º. Las Estampillas de la emisión del 12 de octubre no circularan en los correos más que ese día.
Art. 9º Las estampillas que resten de esa emisión especial serán quemadas el día 13 del mismo mes en el correo a las 9 a.m. en presencia del Director General, del Contador General y del Presidente del Banco Agrícola.
Asunción 11 de octubre de 1892
Angel D. Pena
(Director General de Correos y Telégrafos)

Sin duda una Resolución que nos aporta mucha información de lo que fue esa emisión “colombina”, que como bien dijo en su día J. M Hernán Seijas, de no ser por esa sobrecarga que se le añadió, no podría usarse como parte de una colección temática del Descubrimiento. De esta Resolución podemos resumir que el sello solo se vendió un 1 día, el 12 de octubre, sin aportar que tirada tuvo la emisión, detalle que siempre es importante, que solo se admitirían para el correo el día 12 de octubre y que el resto de los no vendidos fueron quemados con las autoridades como testigos. ¿Estamos pues ante el sello que menos días ha estado a la venta en la historia del correo mundial?


La crónica de aquel día habla de una masiva asistencia a las diversas oficinas de correos de Asunción que tuvieron el sello a la venta, donde una compra masiva fue la nota predominante. Puede que quien narró la vivencia exagerase al decir que “…se cambiaron animales de labranza por los sellos, incluso un caballo con todos sus aperos se cambio por un block de 20 ejemplares…”. Lo que es seguro es que la fiebre por adquirir aquel sello se apodero de la población.  Además la cosa se agravaba con el hecho de que solo aquel día se iba a poder hacer circular el sello por el correo, lo que le daba a cualquier carta circulada en la fecha un valor añadido y algo único.

El comercio del momento, el de la época, no se quedó atrás y desde la vecina Argentina, muchos fueron los deseoso de hacer acopio del que iba a convertirse en la joya de la corona de la filatelia de finales del Siglo XIX. Pero como todo en la vida, la especulación no logró pingues beneficios y la oferta y la demanda no resulto ser la esperada, entre muchas razones y como ya hemos apuntado, porque en ningún momento la Resolución que puso este sello en circulación asumió que cantidad de los mismos iba a ponerse a la venta, siendo muchos estudiosos los que llegan a afirmar que la emisión no solo fue de 1 día, sino que la tirada se aumentó posteriormente de forma fraudulenta.

En definitiva, una puesta en circulación curiosa y una quema de sellos restantes que no sabemos si se llevó a cabo. Fuese lo que fuese, siempre es bueno saber que hubo un sello que enloqueció a un pueblo.

Notas:

1.    El artículo consultado omite los artículos de la Resolución números 3 y 5, en algunos de los cuales se hacía referencia a los Enteros Postales que igualmente se emitieron con motivo de la efeméride del 4º Centenario.

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