PARAGUAY
1892
EL SELLO QUE SOLO SE PUSO A LA VENTA UN DÍA…
Por
José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
ifacfilatelicocalp@gmail.com
Esto de la filatelia no deja de ser
un mundo lleno de curiosidades y momentos que hoy, quienes desconocíamos la
historia, nos sorprenden los hechos. Puede que los voy a aportar hoy y aquí no
sea un asunto a tener en cuenta temáticamente, pero en esta misma sección de
“La Lupa” pude hace tiempo leer un interesante artículo firmado por el gran
filatelista temático D. J.
A. Hernán Seijas, titulado “El
sello como fuente de información”, y la que haciendo referencia a este
sello nos dice que si no fuese por la sobrecarga el sello no podría usarse en
una colección de tema colonbino.
El sello en cuestión es una emisión
que pone en circulación el Correo de Paraguay el 12 de octubre de 1892,
dedicado al 4º Centenario del Descubrimiento de América, efeméride que fue filatelizada
por numerosos países de uno y otro lado del gran charco. Y este sello tiene una
peculiar historia que ya en su día el filatelista D. Rodolfo Bellani en un
artículo publicado en la Revista “Madrid Filatélico” (Enero 1952) titulado “Por 10 centavos se enloqueció un pueblo”
(Revista de Correos y Telecomunicaciones de Buenos Aires. Julio-Agostos 1961),
ya nos hablaba de ella.
La emisión se pone en circulación en
base a una Resolución de la Dirección General de Correos y Telégrafos de
Asunción, que contempla en 9 artículos las características de la emisión y su
puesta en circulación, y decía así (1):
Al
fin de conmemorar el Cuarto Centenario del Descubrimiento de América, 12 de
octubre de 1892, una fecha en que todos los pueblos americanos guardaran como
una fiesta y de acuerdo a la Resolución de ayer del Gobierno el Director
General de Correos y Telégrafos RESUELVE:
Art. 1º. En la fecha
arriba mencionada será puesta en circulación una estampilla dé tipo único
Art. 2º. La estampilla
indicada está impresa en tinta azul, en papel blanco, con el busco del
ex-presidente de la República D. Cándido Barreiro. Tienen sobre ellas impreso
el valor de “10 centavos” y la inscripción en purpureo: “1492 – 12 de octubre –
1892”.
Art. 4º. Las personas que
deseen comprar estas estampillas ya sean para sus colecciones o para el
franqueo de su correspondencia, pueden hacerlo solamente en ese día en
los correos, los cuales y para ese fin estarán abiertos desde las 5 a.m. hasta
las 7 p.m.
Art. 6º. Las estampillas
de 10 centavos serán vendidas en cualquier cantidad deseada.
Art. 7º. Estará a
disposición del público una oficina a parte expresamente para la cancelación de
la estampilla, con la fecha de ese día, dando así completa autenticidad a los
sellos.
Art. 8º. Las Estampillas
de la emisión del 12 de octubre no circularan en los correos más que ese
día.
Art. 9º Las estampillas
que resten de esa emisión especial serán quemadas el día 13 del mismo mes en el
correo a las 9 a.m. en presencia del Director General, del Contador General y
del Presidente del Banco Agrícola.
Asunción 11 de octubre de
1892
Angel D. Pena
(Director General de
Correos y Telégrafos)
Sin duda una Resolución que nos
aporta mucha información de lo que fue esa emisión “colombina”, que como bien
dijo en su día J. M Hernán Seijas, de no ser por esa sobrecarga que se le
añadió, no podría usarse como parte de una colección temática del Descubrimiento. De
esta Resolución podemos resumir que el sello solo se vendió un 1 día, el 12 de
octubre, sin aportar que tirada tuvo la emisión, detalle que siempre es
importante, que solo se admitirían para el correo el día 12 de octubre y que el
resto de los no vendidos fueron quemados con las autoridades como testigos.
¿Estamos pues ante el sello que menos días ha estado a la venta en la historia
del correo mundial?
La crónica de aquel día habla de una
masiva asistencia a las diversas oficinas de correos de Asunción que tuvieron
el sello a la venta, donde una compra masiva fue la nota predominante. Puede
que quien narró la vivencia exagerase al decir que “…se cambiaron animales de
labranza por los sellos, incluso un caballo con todos sus aperos se cambio por
un block de 20 ejemplares…”. Lo que es seguro es que la fiebre por
adquirir aquel sello se apodero de la población. Además la cosa se agravaba con el hecho de
que solo aquel día se iba a poder hacer circular el sello por el correo, lo que
le daba a cualquier carta circulada en la fecha un valor añadido y algo único.
El comercio del momento, el de la
época, no se quedó atrás y desde la vecina Argentina, muchos fueron los deseoso
de hacer acopio del que iba a convertirse en la joya de la corona de la
filatelia de finales del Siglo XIX. Pero como todo en la vida, la especulación
no logró pingues beneficios y la oferta y la demanda no resulto ser la
esperada, entre muchas razones y como ya hemos apuntado, porque en ningún
momento la Resolución que puso este sello en circulación asumió que cantidad de
los mismos iba a ponerse a la venta, siendo muchos estudiosos los que llegan a
afirmar que la emisión no solo fue de 1 día, sino que la tirada se aumentó posteriormente de forma fraudulenta.
En definitiva, una puesta en
circulación curiosa y una quema de sellos restantes que no sabemos si se llevó
a cabo. Fuese lo que fuese, siempre es bueno saber que hubo un sello que
enloqueció a un pueblo.
Notas:
1.
El artículo consultado omite los
artículos de la Resolución números 3 y 5, en algunos de los cuales se hacía
referencia a los Enteros Postales que igualmente se emitieron con motivo de la
efeméride del 4º Centenario.
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